Es un tema algo escabroso pues por un lado se trata de rescatar el respeto por la autoridad correspondiente y, por otro lado el correcto ejercicio de la función.
Todo radica que para que funcione en forma normal es necesario establecer el justo equilibrio entre las diferentes situaciones.
Por un lado se denuncian tratos abusivos de la autoridad, debiera decir mejor, del funcionario, y por otro el de que a nadie le gusta ser sancionado reaccionando mal muchas veces.
Alguien en mesa de tertulia opinaba: «Mirá, solo paran en el tránsito a quienes se conoce pueden pagar una multa, pero no paran a los que van en «birrodados» carentes de las mínimas medidas de seguridad, a estos no les importa que les incauten el vehículo, muchos de los cuales carecen hasta de matrícula».
Esto es «Vox populi» y si tanto se comenta alguna razón debe haber, opinaba otro.
Lo cierto es que entre tantos comentarios la estadística es la que mejor puede acarrear claridad a un panorama que afecta aun gran sector de la población.
La edad de las personas y el lapso de vida parece haber crecido y muchos llegan a la vejez en plena y normal actividad, y esto también incluye el manejo en el tránsito, tanto urbano como en ruta.
La estadística, e incluso a diario las noticias dan cuenta en las edades de los que cometen los accidentes de tránsito y se confirma que personas de más de 70 años no aparecen, salvo excepciones.
Se puede decir que no conducen, que circulan menos, que son más prudentes, pero la realidad permite afirmar que hay muchos jóvenes imprudentes que son los que ocasionan accidentes, pues beben alcohol, usan drogas, o son repartidores urgidos por entregar los pedidos pues su ganancia, está en la cantidad que pueden hacer por día.
Quizás resulte oportuno controlar sin cometer excesos a los más viejos, pero prestar mayor atención a los más jóvenes.
Rescatar la función docente de los inspectores que debe ser prioridad, utilizar la sanción no como un medio de mejorar el salario del funcionario, y asistir a la formación del individuo para una tarea de por sí muy complicada y de gran exposición pública, para que además concurriendo a escuelas, centros de estudio, encuentros programados, ejerce docencia sobre las reglas de tránsito, sanciones y derechos que les corresponden a los conductores.
Todos los días se habla de siniestros y se está a la búsqueda de soluciones, quizás lo anterior puede contribuir a mejorar la situación